Mtro. Juan Rodolfo Mauricio Ríos Báez

El objetivo de este primer inciso es presentar de forma sucinta como históricamente se presenta la relación trabajo-cooperativa, desde Rochdale, para llegar América Latina y el caso de México. Una línea de trazo que tiene como referente a los trabajadores.

Es conocida la historia de los trabajadores de Rochdale, Inglaterra y sus 28 libras iniciales para generar y consolidar la que será la primera cooperativa en la historia. Si bien es cierto que anteriormente se habían dado ejercicios como el de Fourier, la mayoría se ubica en la parte teórica, filosófica de la practica cooperativa.

Se va a resaltar un aspecto poco analizado de este ejercicio cooperativo de Rochdale, si lo observamos con cuidado, habría tres aspectos característicos: a) son trabajadores desposeídos; b) tienen necesidades por cubrir; c) logran mediante la asociación y aquí cabe resaltar, empresarial comercial consolidarse.

La hipótesis es básica, por tanto, las cooperativas surgen históricamente (y así seguirán en una escala como veremos de crecimiento) desarrolladas por los trabajadores mismos, con el objetivo de cubrir sus propias necesidades (en este primer caso de consumo, veremos en la escala como se desprenden hacia la industria o de producción) mediante un modelo asociativo que permitía mediante su confianza, poder hacer compras y ventas, generar empresa y, sobre todo, cubrir el sustento. Como se puede observar, de nuevo, un sistema económico comercial básico. ¿Dónde está lo trascendente? Que logra inscribirse en paralelo al complejo y concentrado sistema económico capitalista. Los objetivos por tanto de uno y otro serán desde su inicio clave. Para los primeros es cubrir necesidades mediante su trabajo, no dependen de un tercero (por ejemplo, el caso de la relación trabajo-capital) sino que es con su propio esfuerzo como se logra saldar y cubrir esas necesidades vitales (más adelante vendrán las propuestas filosóficas de valores y principios).

En un segundo nivel de reflexión, se presentan algunos aspectos que pueden dar sentido, valor; desde la óptica que otorga la economía política se puede presentar una tesis de reflexión, el sentido del trabajo, del trabajador y su capacidad de generar riqueza. En síntesis, las cooperativas de los trabajadores son generadores de riqueza, con la diferencia de acuerdo con Polianyi (1944) que el mercado subsume al trabajo. En el modelo cooperativo, social, primero está el hombre (sus necesidades) y luego el capital. La economía política de las cooperativas es la economía de la riqueza distribuida.

a)        Trabajadores desposeídos. La sociedad londinense del siglo xix será como otros escenarios distantes como América Latina testigos fieles de lo que se estaba generando históricamente como capitalismo. El espacio en el que se da este hecho tiene como premisas la ruptura y concentración en las grandes urbes ante lo rural. El proceso fue lento, constante, con características de nuevo, similares. Los campesinos urbanizados se verían transformados en asalariados. Familias completas en ese torbellino que era la actividad económica vista a través de la maquinaria y el carbón.

No tardó demasiado el que los grupos de trabajadores encontraran las formas de asociarse, los gremios y lo que podría ser los antecedentes de los sindicatos estarían dirigidos por los maestros artesanos. Los que no contaban con esta cualidad encontrarían en la cooperativa su lugar.

La necesidad si bien era parte de la vida cotidiana de los trabajadores, de igual forma los que se encontraban en una posición aún más empobrecida, la necesidad por supuesto era critica.

b)        Cubrir necesidades. El té para los ingleses era y es una parte sustancial de su vida cotidiana. Los trabajadores de Rochdale logran con su asociación, cubrir con creces este producto. Al grado que se vuelven los segundos compradores de te después de la sociedad inglesa. Las 28 libras que lograron reunir fructificarían con creces. Para bien de ellos, del futuro cooperativista, y de la fuerza de la unión.

c)         Consolidar un modelo de consumo, comercialización y empresarial. Lo que sucedió y sucede a las cooperativas de trabajadores, el aprendizaje, el difícil arte de negociar, comprar, administrar y sobre todo crecer. Lo resuelven y no solo esto sino además dejan la marca hacia el futuro. Conforman durante finales del siglo xix la organización internacional cooperativa conocida como ACI Alianza Cooperativa Internacional.

2.- El trabajo como generador de riqueza: las abejas no piensan.

Marx hace una referencia sobre las abejas y su alto sentido del orden y la construcción, son perfectas. Solo que hay un detalle, no piensan. Para Aristóteles, el trabajo no queda muy claro, si bien hay un sentido de la riqueza, de la polis, de la institución que permite que la sociedad griega funcione, los esclavos, no son parte de la sociedad. Los grandes mercaderes como los fenicios, igualmente no hay una definición como tal del trabajo, lo más cercano seria la innovación marítima y sobre todo la administración de gran escala. Las otras civilizaciones como la azteca, el trabajo como tal no genera riqueza. Son las conquistas y con estas, los pagos por la conquista. Vendrá la tierra y sus posesiones, las grandes extensiones y sus rentas. La comercialización y con esta, el florecimiento de los metales, el oro y la plata. Los grandes viajes y las batallas en el mar con visos de momento fantasiosos como eran los corsarios y los piratas. La siguiente fase de la historia llevara el signo de las ciudades, las grandes urbes se verán construidas con cemento y ladrillos. Las ciudades se hacen burguesas.

Aquí inicia la historia. Los trabajadores modernos se enfrentan a un tiempo que va demasiado aprisa, las enfermedades, el trabajar sin horarios, niños en las jornadas, todo se incluye en una aventura por las maquinas, el carbón y el capital. El mercado, esa institución que venía en germen, como espacio de intercambio, donde se dan las transacciones, y se realizan las mercancías. Ahora el mercado abarca cada poro de la sociedad. Todo pasa por este inamovible ser. El trabajador no será la excepción. De igual se le considera como parte vital, orgánica, de la relación que cada vez es social y claro económica. Se obtiene un salario y con este se supone debe de poder cubrir sus necesidades. Así el acuerdo, con el capital. Hasta aquí todo parece normal. Trabajas y te haces meritorio a un salario.

¿Cuándo Adam Smith se pregunta porque las naciones son ricas? Su respuesta es clara, por el trabajo. Después agregará por la División Social del Trabajo y todo lo que vendrá a constituir la escuela de la Economía Política Clásica. Y por supuesto su crítica con Carlos Marx, en fin, esa es la otra historia. Regresemos al punto nodal, el trabajo.

Efectivamente las abejas no hacen riqueza. El trabajo, será por tanto en esta sociedad la que le otorga la capacidad de hacer riqueza. El capital lo entiende inmediatamente. Necesita que todos trabajen, niños, mujeres, hombres. Las maquinas no pueden estar detenidas, espera un mercado mundial ávido de productos.

Aquí encontramos lo que estamos tratando de presentar como principio de lo que será una actividad que se vendrá dando en diferentes ciclos, lo que se conoce como empresas recuperadas, cooperativas de trabajadores.

Los 28 trabajadoras y trabajadores si los observamos con cuidado nos muestran los principios de la actividad económica cooperativa (creadora de riqueza) con diferencias claras e importantes que se van a considerar como categorías de las cooperativas.

1.- Su calidad de trabajadores.

2.- Con necesidades vitales, educación, vivienda, salud, servicios en general, vida digna.

3.- Capacidad de organización.

4.- Delimitación de objetivos comunes económicos, sociales, culturales.

5.- Visión comercial, empresarial.

6.- Fundamentación ideológica-practica mediante una filosofía y sus valores de identidad.

7.- Asociación internacional.

Adam Smith y Marx establecen una categoría fundamental para comprender el sentido y la razón económica política de los trabajadores, la fuerza de trabajo.

La capacidad con la que los trabajadores se ubican “estratégicamente” (Katz, F.Jr.) en las jornadas inicia el momentum de arranque de lo que se podría establecer como generadora de riqueza.

La diferencia, el resultado, de una decisión como fue la de estas trabajadoras y trabajadores ingleses en el siglo xix, será trascendente. Abre la posibilidad de la asociación. La conformación de la cooperativa no sería un trámite para seguir.

¿Qué nos deja como sustancia esta reflexión? Lo que ponen como vital en su organización será la asociación de sus capacidades, su fuerza de trabajo. No fue solo su necesidad, sino, además, su experiencia, sus saberes de trabajador. Eso permitió y permite que la asociación tenga un fin común, cubrir sus necesidades.

Cuando se logra, con una modesta inversión (28 libras) el resultado se vuelve exponencial. Siendo el segundo elemento que le otorga razón a este sentido, la distribución. Es y sigue siendo justa. Equilibrada. ¿Qué sucede? Que los recursos de la capacidad de los trabajadores, se queda con ellos. Y eso permite precisamente que las cooperativas tengan un sentido de equilibrio en los ingresos. Fueron 28 capacidades que lograron asociarse y desarrollar un modelo económico universal.

El objetivo de asociarse fue la de cubrir sus necesidades humanas, no fue la de desarrollar capital. Es en esta esencia donde se concentra no solo la resolución material que es la de cubrir sus necesidades. Sino además la de presentar en el paso del esfuerzo común, una serie de principios y valores, le darán otro sentido desde lo político. La identidad cooperativa se confrontará con la forma tradicional de hacer economía en el capital. Y genera igualmente confusión para el movimiento obrero sindicalizado. Ya que estos buscan las mejoras laborales, económicas, dentro de la relación social económica del salario y el capital.

La asociación de trabajadores, que se solidarizan para cubrir sus necesidades inmediatas hará de las cooperativas una economía social. En el transcurso de la historia, en los diversos momentos de diversas realidades nacionales, los trabajadores que continuarían y continua con esta tradición, conllevan el espíritu de la solidaridad, pero además la capacidad de poder producir su propia riqueza. Que, a diferencia de la privada, esta se distribuye socialmente.