“El primero es de oro, y en él hay estas palabras: «Quien me elija, ganará lo que muchos desean». El segundo es de plata, y en él se lee: «Quien me elija, cumplirá sus anhelos». El tercero es de vil plomo, y en él hay esta sentencia tan dura como el metal: «Quien me elija, tendrá que arriesgarlo todo». ¿Cómo haré para no equivocarme en la elección?.” El mercader de Venecia. W. Shakespeare.

Maestro Juan Rodolfo Mauricio Ríos Báez/Blog. El sustento del Hombre/Mayo 2022/No.29

Los metales han sido y son una parte de la historia larga de las civilizaciones humanas. Su desarrollo es parte de las actividades comerciales de esa historia que se puede percibir desde los fenicios, los romanos, los egipcios. En la América Latina de igual forma encontramos esos recursos de intercambio. En las narrativas de los sacerdotes que nos dejaron sus crónicas, resalta en Mesoamérica, Tlatelolco espacio donde el mercado, entendido como un espacio de intercambio que pareciera no haber sufrido ningún trastorno ni material ni teórico, se daban con la mejor de las practicas ese ejercicio humano, social, político y después económico, el intercambio de bienes. Y si se observa con cuidado, en todos estos espacios donde se encontraban los productores, los comerciantes, los compradores, se encuentra de igual forma la institución, vigilante que los intercambios se ejecuten de la manera honorable. Y esto no se confunda con la moral, no es un asunto del bien o del mal, sino de lo mas puro que puede ser el comercio, el intercambio como tal.

Todos los involucrados buscaran según su época, su tiempo, su historia, ya sea en territorio europeo, asiático, africano, americano, el continente en esa historia de larga duración, su beneficio. Sí pero de igual forma, el sentido final que es el intercambio. Al final, lo que sucede, es esa necesidad, la que sea, la de cubrirse materialmente, socialmente, económicamente, y al final, en nuestro siglo xxi, políticamente.

La historia de la minería y sus cooperativas en México la podremos comprender en tres fases, la primera la del siglo xvi-xvii; la segunda, siglo xviii hacia el xix; la tercera en el principio del siglo xx. Estamos ante uno de los sectores productivos que estuvieron al mando los trabajadores mineros en México menos estudiado, si el cooperativismo ha sido insuficientemente analizado, este es uno de los sectores que se encuentra en la obscuridad. Y la hipótesis de este descuido, es porque es muy regional y segundo es histórico. Ambas líneas, son poco atractivas a los especialistas. Incumbe adentrarse en los pocos textos, investigaciones, fuentes, que puedan dar un sentido metodológico de sistematicidad, de comprobación, de hechos, esto en si ya se vuelve complicado.

El siguiente ensayo, pretende mostrar en tres fases la complejidad que generó una de las actividades económico extractivas de la conquista española. Por supuesto la búsqueda de vetas en lo que respecta a los metales preciosos siempre fue prioridad. Antes de Cristóbal Colon, después de Hernán Cortes, y la llegada de los ingleses y los alemanes, sin descontar a los franceses. Europa en esos momento de su ciclo histórico, estaba basado en el comercio, sí, pero también estaban las tierras, su posesión. Durante el siglo xvi hasta nuestros días, lo que varios especialistas como Fernand Braudel, Wallerstein, Arrigui, entre otros, advierten en sus investigaciones cómo se fue diseñando, armando, construyendo, esta civilización que es el capitalismo.

El oro y la plata tendrán, no solo en Shakespeare interlocutor. El sistema de comercio se va conformando complejo. Y aquí de igual forma me recuerda al sabio, Edgar Morin y su epistemología, o bien su teoría sobre el conocimiento como algo complejo. Y la minería es eso, algo complejo desde sus inicios. La Nueva España será esa estructura que se ira construyendo lentamente sobre otra estructura. Y esto me parece no es ninguna novedad, la antropología nos enseña como Tenochtitlan fue espejo de varias ciudades siendo una la que mas resaltaría, Teotihuacán. La Ciudad de los Dioses. Anterior a la llegada de los grupos nómadas que venían en su trayectoria por lo menos cien años de caminar. Las estructuras como espacios territoriales que se van construyendo con su quehacer cotidiano.

Esa otra complejidad, como es la vida en esas convivencias, desde la comida, la infraestructura como es el agua, la salvaguarda del clima, el aprovechamiento con un gran sentido mítico de la naturaleza, por ejemplo los volcanes en el Valle de México, que a nuestros días favoreció y ahora menos, a una zona como es la del lado sur del Valle de México, Tláhuac, Xochimilco, que abastecían y abastecen (actualmente cerrada de manera ilógica a partir de las construcciones, desviaciones, del agua hacia el sur desde Porfirio Díaz hasta nuestros días, toda una historia que algún día se puede presentar) de agua de manera natural al Valle de México. En el siglo xvi iniciará la historia de la minera en México. Hacia los siglos posteriores en un segundo y tercer ensayo se hará la relatoría de esta misma. Sólo así podemos comprender mínimamente el desarrollo de las cooperativas mineras que fueron explotadas por mineros, por sus trabajadores de manera cooperativa, hacia el siglo xx.