Mtro Juan Rodolfo Mauricio Ríos Báez/Febrero 2022
“Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infan- cia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos, hasta la frontera. En esta frontera, o Far West de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia.” Pablo Neruda, “Confieso que he vivido”.
El territorio sudamericano es como un oximeron, por una parte abunda el agua, la selva, la vida, por otra parte se escuda en espacios desérticos y mas hacia el sur, los glaciares y las zonas frias. Por ahí surco el navegante Magallanes, abriendo y descubriendo las partes profundas del planeta en el siglo XV.
El territorio que ocupa Chile en ese contorno, se descubre con picos altos y cordilleras, los Andes, zonas aridas, mares frios, y mas al sur, los frios de la ultima parte de la República, como es la famosa tierra de fuego, cercana al polo sur.
Su población igual lejana y maltratada como muchas etnias en sudamerica, como las primeras huestes que habitaron esas regiones. “ En las quebradas de Lluta, Azapa y Camarones, ubicadas en el extremo norte del territorio chileno, floreció desde el 8.000 a.C. una cultura de pescadores y cazadores-recolectores, denominado por los arqueólogos complejo Chinchorro, que desarrolló complejas técnicas de momificado artificial, las que posiblemente sean las momias más antiguas del mundo. Incorporó paulatinamente métodos agrícolas importados desde la zona altiplánica y hacia el 300 d.C recibió fuertes influencias del gran centro ceremonial de Tiwanaku. Tras la decadencia de éste, las culturas de Aricadesarrollaron una identidad regional que se vio interrumpida por la conquista incásica a mediados del siglo XV y posteriormente por la conquista española.” (Etnias Prehispánicas del Norte de Chile. Memoria Chilena)
La historia como investigó Fernand Braudel, y ahora como buena teoria se va aclarando, las historias tienen una parte lenta, se van construyendo poco a poco, no tienen prisa. El territorio, como punto de partida tardará tiempo en metamorfosearse. Aquí no aplica mucho lo darwiniano de la vida. Las sociedades como las vamos a conocer, en estos momentos son parte de estas estructuras, conglomerados de acciones y sobre todo de hechos realizados. El cobre por ejemplo, es parte de esa relación interrelación entre lo económico, lo político y lo social. Comprobado el ejemplo en el cómo se definió en los años setentas con el gobierno de Salvador Allende. No sólo otra Dictadura Militar mas, sino quizas la mas brutal. Eso, en la larga jornada que es la historia, dejara su marca.
En el siglo XXI avanzado éste, llega un contingente de jovenes politicos al poder en Chile. No sólo es una buena noticia, sino que es parte de esta madura forma de ver el mundo. En los años vividos de los treintas, en América Latina se desata una oleada de politicos que se encumbran en medio de las Guerras Mundiales, de las cisis economicas, pero sobre todo de esa bravura que es ser joven y con el poder.
Gabriel Boric encabezará desde el 11 de marzo un Presidente joven (su equipo esta en promedio de los 30 años) que como todos los politicos que asumen el poder tiene pocas ventanas de oportunidad. Eso sí, un mar que se abrió o mejor una lluvia como la de Neruda, que deja lagunas ondas en el suelo.
Las cooperativas en Chile no son ni seran un grupusculo de individuos confundidos en la utopia. El siglo xix, dejo muy claros sus limites con los utopistas. El cooperativismo del siglo xxi es económico-empresarial-social. Y esto no solo define sino que le otorga razón de ser en el sistema económico.
Una tarea que estan haciendo con un gran sentido de la historia (mandato de las movilizaciones de la scociedad civil) es una Constitución que le de forma y contenido a la estructura que sigue en movimiento como es la chilena. No es cosa menor. La Constitución en terminos de Dante Cracogna, especialista en cooperativas a nivel mundial, lo deja claro, la Constitución es el ser de la Nacion. Ahí se plasma en terminos modernos lo que debe ser el Contrato Social de una nación. No sólo es de caber todos, sino el cómo vamos hacer para que seamos todos los que estemos ahí. Y eso, lo saben bien desde la crisis de los años setentas, las Instituciones Internacionales, el Estado y sus Constituciones, esto es la Nación, debe ser minada.
Las cooperativas chilenas, están en la oportunidad, y ellas mismas han estado atentas a este momento. Se encuentran como debe ser, con las Universidades nacionales, ambientando, discutiendo, proponiendo, porque no solo es un asunto de voluntad, sino de conocimiento de saber distinguir metodologicamente la verdad. Porque la verdad, permite entender lo complejo y hacerlo sencillo.
El gobierno de Gabriel Boric, si logra integrar -y así lo espero- las concepciones, las formas y sobre todo el sentido de distribución de la riqueza generada por el trabajo de sus trabajadores asociados.